Titulares

María Santísima de la Misericordia Coronada

En 1945 se adquirió a las monjas clarisas del convento de Nuestra Señora de los Ángeles, sito en la vecina calle de Molinos, imagen que la crítica artística atribuía a la Escuela Granadina y, concretamente, al taller de los Moras. Muchos años después se ha descubierto como su autor a Francisco Morales González (1845-1908), que, efectivamente, siguió los patrones de dicha escuela, como los han seguido otros escultores granadinos del siglo XX. Este descubrimiento se realizó en 1992, al restaurarse la imagen por el sevillano, Manuel Bonilla Cornejo, que apreció en uno de los hombros de la imagen el nombre del escultor y la fecha de su hechura, 1896. Parece que en dicha restauración retiró la firma del hombro y lo repolicromó, pero trasladó la nota al candelero para conservarla.

Convento de los Ángeles

Sobre su origen se ha difundido una historia casi legendaria y que ahora se ha aclarado. Se trata de la adquisición de la Virgen al Convento de los Ángeles, a cambio 19 sacos de trigo durante 1945.

La tradición oral, transmitida por algunos directivos de la época, decía que la imagen había sido donada a las monjas por una familia de un militar de apellido Alonso. Conociendo la existencia de esta imagen y la posibilidad de que las monjas la vendieran Ramón Martínez Rioboo, directivo de la hermandad, y antes hermano mayor de la Esperanza, se lo comunicó a los señores Arcas Carmona y Carrasco Jáimez, hermano mayor y secretario, respectivamente, de la Cofradía de los Favores. Éstos acudieron a tratar el asunto con las religiosas de los Ángeles, llegando al acuerdo de adquirirla por precio en especie. La transacción se cerró con la obligación de entregar a las monjas trigo -muy importante en aquella época posbélica de escases-; otra versión expresa que fueron 19 sacos de harina. Fuera de una cosa u otra el pago de la imagen se realizó con dicho cereal, que por lo visto era fácil de obtener al ser algunos directivos de la hermandad, a su vez, del Servicio Nacional del Trigo. Junto a la imagen se adquirió una diadema en plata de ley de 916 mm, realizada a finales del XIX por el taller de los Secano, y una media luna de plata, piezas que la Virgen llevaba y un cajita de alhajas, también perteneciente a la imagen (16).

El laborioso trabajo de los investigadores ha localizado los documentos parecen descartar esta versión y arrojan luz sobre la adquisición. Estos documentos, se conservan actualmente en el Archivo del Monasterio de Santa Isabel la Real, y copia en el archivo de la Hermandad, al haberse cerrado el mencionado Convento de los Ángeles, popularmente conocido como el de las Vistillas. Se trata del Libro de actas de la Comunidad de Religiosas.

Documentos

Son dos interesantes actas las que nos ofrecen los datos necesarios para identificar el origen de esta Dolorosa. El primero tiene fecha de 29 de enero de 1945. En él, la Abadesa Sor Mercedes del Castillo, relata la visita de unos señores “conocidos de la casa” que tenían la intención de comprar dicha talla que donó a la Comunidad Dolores Torres de Agrela, que residió en este convento pese a su condición de laica. El mismo documento la define con el título que habitualmente tenían estas mujeres: “señora de piso”. El asunto se somete a votación secreta y se aprueba por unanimidad su venta. La intención de los compradores era “hacerle una capilla en la Parroquia de San Cecilio y ponerla a la veneración de los fieles”, al mismo tiempo que ellos donaban a las religiosas otra imagen de la Virgen.

El segundo documento ya formaliza la compra y está fechado el 3 de marzo del mismo año. Se reflejan en él tres tasaciones. Una efectuada por el alcalde, Antonio Gallego Burín, que la valoraba en 2.000 pesetas, otra de Rafael Campos que fija la cantidad en 2.500 pesetas y la tercera realizada por el periodista Marino Antequera que lo hacía en 3.000, pero añade que se pidan cinco “por ser capricho” Este fue el precio que finalmente se pagó por los hermanos de los Favores y el destino, según se recoge en este documento fue “gastarlas en reformar la Iglesia”.

La Virgen parece que tenía originalmente las manos entrelazadas y se le cambiaron por las que realizara Martínez Olalla para la Dolorosa que fue sustituida por ésta. Quizá este cambio de manos se realizaría en una elemental intervención de la imagen, que hicieron los hermanos Romero, y que consistió en ponerle más altura al candelero desde la cintura, ya que las parte superior estaba tallada (17).

Iconografía: Representa la Virgen dolorosa en el momento después de la Crucifixión. La posición de la cabeza es recta con una ligera e inapreciable inclinación hacia su derecha. Los ojos son de cristal y su mirada es baja, dirigida al suelo. Lleva pestañas postizas y seis lágrimas, tres en cada mejilla, dos de ellas partiendo de los respectivos lagrimales. Boca entreabierta y dientes superiores tallados, la posición de las manos extendida, reflejando en su rostro la ternura del dolor contenido, con cejas arqueadas que confluyen en un entrecejo pronunciado. El candelero es de base ovalada, con seis listones que arrancan de la cadera, realizado en madera de cedro.

Se le conocen tres restauraciones, realizada la primera tras su adquisición para adaptarle nuevo candelero, por Eduardo Espinosa Alfambra. Posteriormente en 1969 se le confiere a Aurelio López Azaústre quien le vuelve a cambiar el candelero tras el incendio de San Cecilio, y le confecciona nuevas manos. La última, ya indicada, en 1992 por el sevillano Bonilla Cornejo que en 2022 le realiza limpieza e intervención conservativa.

Fue Coronada Canónicamente el 20 de Mayo de 2007, en la Santa Iglesia Catedral de Granada, por el Arzobispo de Granada, Monseñor Francisco Javier Martínez.

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