La Hermandad Sacramental, parece que se fundó 1590, aunque tradicionalmente se ha fijado que lo fue en 1622, fecha en la que, probablemente, existiera alguna nueva regla. Luego, se tiene noticia de que en 1680 se fundó la Hermandad de Nuestra Señora de la Paz, que parece que fue llevada a cabo por unos jóvenes de la parroquia, que, después se dieron unos estatutos en 1706 (22). Acerca de esta diferencia entre la fundación y los estatutos, diremos que era usual que las hermandades se fundaran años antes de formalizar sus reglas e, incluso, esas de 1680 pudieron deberse a una adaptación de otras anteriores. También, los estatutos de 1706 pudieron realizarse para imprimir el carácter rosariano a la cofradía de Ntra. Sra. de la Paz; porque, asimismo, era usual que al proliferar las hermandades rosarianas a finales del siglo XVII y principios del XVIII, muchas hermandades marianas que se habían fundado antes de ese auge rosariano adquiriera ese carácter. Asimismo, ese impulso que dieron los jóvenes en 1706 a la hermandad de la Virgen de la Paz, pudo tener como consecuencia el encargo de la imagen que hoy se venera, que está fechada de tres años después, según Gómez Moreno.
También diremos, que lo más probable es que la hermandad, fundada en 1680, tuviera una Virgen de la Paz anterior a la que hoy conocemos, el citado erudito, Sr. Gómez Moreno en su Guía de Granada dice que la imagen se realizó en 1709, cosa que, también, repite en la de Gallego y Burín. El muy probable que esta nueva imagen fuese realizada como consecuencia de aquella reorganización de 1706. No es de extrañar, pues era práctica corriente, como ocurre en la actualidad, que las hermandades cambiaran de imagen, adaptándose a los estilos de cada época. Tradicionalmente, se ha atribuido la Virgen de la Paz a los Mora y sus grafismos escultóricos así lo sugieren, estando más cerca de los de Diego de Mora (1658-1729) que de los de José de Mora (1642-1724).
Aún a finales del siglo XIX la hermandad conservaba su vitalidad y celebraba a la Virgen de la Paz una novena con función en el segundo domingo de octubre. Con dicho motivo se establecía en esos días una feria en el Campo del Príncipe, que constituían las fiestas de otoño en esa zona del Barrio del Realejo. Las últimas noticias recogidas de la celebración de dichas fiestas son de 1870, seguramente, se celebraran algunos años más tarde. Esta feria se dedicaría al Cristo de los Favores cuando a partir de 1884 se organizaron sus cultos.
De la Sacramental aún tenemos noticias de su actividad en 1915, año en el que asiste a unos cultos y procesión que se organizan a la ermita de Ntra. Sra. de Lourdes, situada en el Barranco del Abogado, dependiente de la jurisdicción parroquial de San Cecilio. En dicha comitiva fue la Hermandad Sacramental con su estandarte, asistiendo el que fue Prelado Doméstico de Su Santidad, Mons. Fernández Arcoya (23).
Muchas de estas hermandades sacramentales fueron decayendo y, es probable, que en el año 1954, cuando se le agrega la del Cristo de los Favores, la Sacramental de la Virgen de la Paz, estuviera con pocos hermanos y casi desaparecida. Ello lo deducimos de los estatutos en los que la Hermandad del Cristo de los Favores, de acuerdo con el párroco, decide «restaurar la referida Hermandad Sacramental de Ntra. Sra. de la Paz, uniéndolas en una sola hermandad a la Cofradía del Cristo de los Favores, que, desde entonces, llevará el título de «Venerable y Muy Antigua Hermandad Sacramental de Nuestra Señora de la Paz e Ilustre Cofradía de Penitencia del Santísimo Cristo de los Favores y María Santísima de la Misericordia».
A partir de esta fusión, y hasta nuestros días, han sido muchas las cofradías de penitencia las que se han fusionado a las Sacramentales de sus parroquias, evitando así la pérdida de estas históricas hermandades, algunas con más de cuatro siglos de historia.
Aprobada canónicamente la fusión se celebró una solemne función de acción de gracias a la Virgen de la Paz con un Te Deum. Ya, en la Semana Santa de 1955 la hermandad estrena el guion sacramental con orfebrería de Antonio Vílchez, siendo el óvalo central del mismo el del antiguo estandarte de la sacramental. En ese tiempo, la hermandad tenía aún el antiguo proyecto de habilitar la capilla de salida, anexa a la iglesia de San Cecilio, para dar culto allí a sus titulares, en la que se realizarían tres altares, el del Cristo en el centro y dos laterales para la Virgen de la Misericordia y para la de la Paz. Esta capilla se comunicaría con la iglesia a través de la del baptisterio, separándolas una reja, proyecto que, evidentemente, no se ha realizado.
Lógicamente, la hermandad cambió el escudo para insertar en él las referencias a su nuevo carácter sacramental con la representación de la Custodia y de la Virgen Dolorosa con un corazón traspasado por la siete espadas, orlado todo el conjunto en sus partes laterales y baja con la divisa: Contra Deum nunquam, proeter Deum nihil (nunca contra Dios y nada excepto Él). La medalla de los hermanos reproduciría en escudo y título de la hermandad con cordón de seda blanca y morada, excepto la del hermano mayor que sería de color dorado y el del vice-hermano mayor, que sería plateado.
También, el hábito había cambiado en esos años de mediados de los cincuenta, siendo de color negro la túnica y rojo el capillo.