Efemérides

75 aniversario de la Hermandad

Tras un Viernes Santo, el de 2003, empañado por las precipitaciones, que hicieron regresar a su templo a la mayor parte de la hermandades, entre ellas, a ésta, aún le quedaba a la hermandad que celebrar un importante acontecimiento: el 75 Aniversario de su fundación (1928-2003) como hermandad de penitencia La corporación llevaba unos años preparándose para este importante acontecimiento y lo quería realizar con el máximo esplendor posible. Los actos programados comenzarían después de la Semana Santa de 2003, editándose un cartel anunciador del evento, que realizó el pintor Hipólito Llanes Mejías, presentado el 26 de abril de aquel año.

Al día siguiente, se celebró una solemne función eucarística, concelebrada por el Vicario General de la Archidiócesis, don Manuel Reyes, y el del Opus Dei, don Antonio Luque Muñoz, y otros sacerdotes, que impusieron la medalla conmemorativa del evento.

A ello, le siguió un Rosario de la Aurora el día 11 de mayo con la imagen de María Stma. de la Misericordia, que fue al convento de Santa Catalina de Siena, donde se celebró una Eucaristía por el director espiritual de la cofradía y hermano de la misma, don José Joaquín Fernández. Diversas conferencias sobre temas de la cofradía y su historia se celebraron en los meses siguientes, así como el libro 75 Años de Favores, que desgrana la historia de la devoción al Cristo, de sus hermandades históricas y de la actual, así como, su iconografía y semblanza del barrio del Realejo, raíz de la devoción, realizado por varios autores (Antonio Padial Bailón, Juan Carlos Pérez Gamarra, Emilio Caro Rodríguez y Manuel Peregrina Palomares) con la aportación y coordinación de Miguel Luis López-Guadalupe Muñoz.

Y fue el domingo, día 5 de octubre de aquel año, cuando salió el Cristo de los Favores en procesión conmemorativa y extraordinaria, como culmen del Aniversario de su cofradía de penitencia, para ir a la Catedral Metropolitana de Granada, sede de los sucesores de San Cecilio, primer obispo de Granada, discípulo de Santiago Apóstol y semilla del Cristianismo en estas tierras.

Un día de gloria para la hermandad y devotos de la imagen, que recibieron a las 10 de la mañana la salida del paso del Cristo de su Capilla, adornado con calvario de lirios morados y terminado su dorado por Cecilio Reyes; algún tiempo antes el paso estuvo expuesto en el Palacio Castillo de Bib-Ataubín. Una salva de cohetería quebró con su estruendo el silencio del Campo del Príncipe, cuando la imagen estaba en la calle, precedida de su cuerpo litúrgico y arropada por multitud de devotos y por sus filas de hermanos. Bajó la Cuesta de San Cecilio al son de las marchas porcesionales de su banda de cornetas y tambores, para seguir hacia la Catedral por las placetas del Realejo y de Fortuny, donde llegó a las doce de la mañana.

En la Catedral se colocó el paso en el crucero, junto a la Capilla Mayor. A la una comenzó la ceremonia precedida de la bendición del paso por el nuevo Arzobispo, don Javier Martínez, siguiendo la ceremonia con una misa solemne, que compartió una gran afluencia de gente, que llenaba las grandes naves del templo catedralicio.

Por la tarde, a las seis, comenzó la procesión de regreso a su templo, en la que participaron la Federación de Cofradías y hermandades granadinas y de Guadix, donde existe una Hermandad del Cristo de los Favores, al igual que en Loja. En esta procesión de regreso los costaleros del paso mancharon a los sones de la Banda de Cornetas y Tambores de Jesús Despojado de su Vestiduras, que, también, estos años acompañaba a la hermandad en su estación de penitencia.

La procesión llegó hasta su sede con la presencia de multitud de vecinos del Realejo y de cofrades de la ciudad y su área metropolitana, pero tuvo que acelerarse el paso cuando llegaba al Campo del Príncipe, porque se presentaron algunas precipitaciones de lluvia, llegando a su capilla a las diez menos cuarto de la noche, hora temprana porque se había previsto encerrase más tarde.

Como galardón de la celebración de la efeméride de la fundación de la hermandad de penitencia, el Ayuntamiento de Granada concedió la Medalla de Oro de la ciudad al Stmo. Cristo de los Favores en 18 abril de 2003. Era un reconocimiento que excedía de todo aniversario e iba más allá de él. Era la constatación de una devoción granadina que había perdurado a través del tiempo, desde aquel año de 1640 en el que los vecinos del Realejo levantaron en el centro neurálgico del barrio la cruz monumental a la que el pueblo puso denominación de Favores, por los concedidos por la imagen en las tribulaciones personales, familiares y colectivas de la ciudad.

No salió la hermandad el Viernes Santo de 2004, en el que se tenía prevista la ceremonia de entrega de la Medalla de la Ciudad ante el monumento del Cristo en el tradicional acto de la tres de la tarde. Ello fue debido a la insistente lluvia que caía a esa hora y que siguió después toda la tarde. No obstante, a pesar de las demoras de horario, la hermandad decidió, finalmente, no salir. En su capilla adjunta a San Cecilio se tuvo que entregar la medalla a la hermandad por el alcalde, Sr. Torres Hurtado, recibiendo la visita del Arzobispo, don Javier Martínez, para rezar con la cofradía ante los pasos de sus titulares y condolecerse con los hermanos en la tristeza de no haber podido realizar la estación de penitencia.

Se finalizaba una efeméride en la que la hermandad había materializado visualmente y de forma pública su madurez cofrade y el inicio de un nuevo esplendor en su presentación en la calle con el gran paso del Señor de los Favores y el enriquecimiento de sus enseres, después de unas décadas de visible decadencia. Eran los avatares con que el tiempo, de forma inexorable, suele lancear a las personas y a sus asociaciones. Aquellos inicios del nuevo siglo presagiaban para la cofradía una nueva etapa de magnificencia.

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